Clisol Turismo Agrícola, El Ejido

En la alegría de la huerta europea no podemos dejar de hacer turismo agrícola. Hace lustros, Lola Gómez fue pionera en meter a ciegos de Cataluña bajo las dos hectáreas de plástico de sus invernaderos para que los invidentes palparan las hortalizas frescas que comían como manjares en sus mesas.

Hoy cualquiera que lo desee puede participar en alguna de las visitas guiadas que organiza Clisol por su finca del mar de plástico ejidense. Se puede ir a título individual (generalmente los sábados por la mañana previa reserva), en familia, con escolares o como profesionales del sector. Durante las dos horas de recorrido (quedas con ganas de más) sueltan insectos para ver el proceso de polinización natural, cómo se siembra desde el semillero, cómo se controla informáticamente el riego por goteo, se conoce el invernadero tradicional tipo ‘parral’ y el multitunel para el control climático y de plagas.

Después de esto la boca se hace agua; y llega la degustación de cuatro variedades de tomates con aceite del desierto de Tabernas, dos de pepino con miel de la sierra almeriense, una de pimento dulce, mermeladas caseras de pimiento tricolor, berenjena, calabacín…, tostas con fritada y mouse de hortalizas. Todo un mundo a descubrir en español, inglés, francés o alemán.

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