Las bodegas Osborne han elegido este lugar para poner un restaurante y para elaborar una carta con sus productos, basándose en una cocina de mercado, así la carta tiene platos tradicionales con aire vanguardista. A buen precio.
El restaurante dispone de terraza espaciosa y que invita a quedarte todo el día.
De la carta, qué decir, todo tiene muy buena pinta. Una oferta original ya que se pueden pedir platos que sobre la marcha se compran en los puestos de las plantas inferiores. Y de lo que probamos estaba muy bien elaborado y con productos frescos y naturales propios de temporada, ensalada de queso de cabra con espinacas y nueces, salmorejo, lomos de merluza con mermelada de tomate acida y algún plato más.
La vista por el interior del restaurante a todo el mercado es espectacular: Se ven las tres plantas por el lucernario central. La decoración del restaurante tiene una estética contemporánea. Es muy recomendable pasear con las instalaciones del mercado.
El coche se puede dejar en los 2 sotanos que dispone de aparcamientos. Con un ascensor amplio se puede subir al restaurante, el cuarto de baño del restaurante, el adaptado tiene una puerta corredera bastante pesada, es el cambiador de bebes, no permite el giro en su interior, para sillas que sean de tamaño medio – grande en este caso la entrada y salida es en línea recta, el wáter no permite la transferencia por ninguno de los 2 lados. El espejo está alto y los elementos de jabon y secamanos también. En la planta segunda hay unos cuartos de baño públicos que no tuve la precaución de mirar.