Se trata de un establecimiento situado a las afueras de la ciudad, cerca del recinto ferial jiennense. Para llegar hasta el restaurante hay que atravesar un carril rodeado de un mar de olivos. Después de unos metros, el camino se bifurca y hay que girar a la derecha.
La carta en general es variada, con platos buenos y abundantes. Se alza como plato estrella la paletilla de cabrito al horno. Por encargo se pueden elaborar menús especiales, donde el precio es ajustable a partir de un mínimo. Además, cuentan con una oferta de vinos bastante amplia. También hay que probar los postres. Se venden aceites: en ocasiones es posible encontrar en las mesas diversos tipos para poder probarlos.
La relación calidad-precio es excelente.
En sus estancias se realizan todo tipo de celebraciones, tales como comuniones, banquetes, comidas de empresa, comidas familiares, etc.
En cuanto a las dietas especiales, ofrecen productos bajos en sal, para vegetarianos, celíacos, diabéticos, intolerantes a la lactosa, así como menús infantiles.
Está abierto todos los días de la semana.
Cuenta con una terraza exterior y un parking gratuito.
Accesibilidad:
Hay dos entradas principales. En ambas hay un pequeño escalón de 5 cm. Las puertas son manuales pero de fácil apertura, con una anchura suficiente. Para llegar hasta ambas puertas hay que pasar por un pequeño patio. El primer patio tiene bordillo, aunque hay una parte más baja por la derecha. El segundo patio tiene a la entrada una rampa con bastante inclinación.
En relación al salón se puede circular con facilidad. El mobiliario en general está bien adaptado y dispone de un sector de la barra que permite el acercamiento de una silla de ruedas.
El cuarto de baño en general es accesible. Dentro de puede maniobrar con comodidad. El inodoro tiene una barra que es abatible. Hay cambiador de bebés. El lavabo es accesible, aunque el espejo está algo alto.
En cuanto a los servicios especiales, puede decirse que la carta está bien diseñada, aunque no dispone de su correspondiente apartado en braille.