
El local está bien, de estilo antiguo y acogedor, pero luego la comida muy mal. Fuimos un grupo de amigos a una comida navideña. Menú a 35€.
Los entrantes escasos. Ni mal ni bien. Cecina, ensaladas y pulpo.
Cuando llegan los platos... de carne era o entrecot o tostón, y de pescado lubina o merluza creo. De los pescados nadie se quejó ni dijo nada relevante. De las carnes...
A mí me traen el entrecot con piquillos caramelizados "al punto" y al probar resulta que está frío y lo peor muy dulce. Tras llamar a un camarero, porque esa es otra, no se acercaban más que lo justo, se lo lleva y lo trae tras calentarlo, con lo que el dulzor que impregnaba toda la carne se hacía todavía mucho más intenso. En mi caso imposible comerlo. Algunos amigos echaban cantidades generosas de sal a sus entrecots para poder comerlos. Acompañaban al entrecot tres piquillos pequeñines en el plato y para cada 4 o 5 personas un platillo con unas pocas (muy pocas) patatas.
Los que eligieron tostón tampoco estaban muy contentos porque también estaba dulce.
Conclusión: comida arruinada. Con lo sencillo que es preparar carne, que no es ningún guiso. Su excusa: que a veces se mezcla "un poco" el sabor de los pimientos caramelizados con la carne en la plancha. No era "un poco", eso lo podemos asegurar. La carne tenía sabor impregnado hasta dentro a "chuches" de kiosko, y nada a carne.
La atención como he comentado un poco antes, también fue deficiente. Nadie preguntó en ningún momento si estaba todo bien, si faltaba algo, si necesitábamos más vino. Había que hacerse notar para que viniera algún camarero.
Para no volver. Eso seguro.
Written on 23/12/2013